lunes, 14 de abril de 2008

Revolución humana.

Ocho de la noche de un Sábado. En mitad de la jornada de trabajo en el Bar del cine, la cosa ya cansa. Viene una niña de unos nueve años y me pide palomitas sonriendo, tiene el pelo rubio rizado y un lazo de color azul, a juego con sus ojos. Cosa más mona imposible. El resultado: le atiendo con ganas de darle toda la tienda en chuches. Me despido viéndola como se va trotando hacia sus padres. Me encantan las niñas.

A esto que me giro y todo el personal me mira, encargado incluido, sonriéndome. Vienen las frases: “Boe, si te pellizco sale algodón” “Como si al borreguito de Noir le dieses un baño con Mimosin”. En fin. Cosas de ser una buena persona atrapada en el cuerpo de un seudo troll (¡piropos! ¡piropos! ¡piropos!). La gente no se espera que alguien como yo sea tierno. Y la cosa es que les agrada, que más de uno me ha confesado que le cuesta enfadarse conmigo cuando hago algo mal.

Se me presenta una revolución social que va cogida de la mano de la del feminismo. Por fin un hombre puede ser tierno, le pueden gustar los niños. Incluso puede hablar de ser padre. Se nos permite llorar y si otra persona nos insulta por la calle, podemos marcharnos indiferentes. Esta permitido vestir con rosa (no mucho, que es hortera). Ya no le tenemos que echar huevos a todo y podemos admitir que tenemos miedo a la oscuridad. Y todo sin perder la categoría de hombre. Y por supuesto, sin tener que ser homosexual.

Ya se dijo hace mucho tiempo que a las chicas le gustan sensibles (que no se yo…). Pero es toda una novedad que entre los propios hombres nos aceptemos sensibles tal y como somos. Poco a poco, gracias a personas como yo (¡piropos! ¡piropos! ¡piropos!). Los hombres estamos saliendo de esa cueva primitiva que era el comportamiento masculino “normal” impuesto por el machismo. Y quien se quede dentro, que se joda que entre rocas no se duerme bien.

Así que hombres del mundo, ya se dijo, uníos. Abrazaros libremente y sonreíros. Decirse a la cara los defectos, pero también deciros las virtudes. Que no os importe que te digan que hoy estas guapo y que no os importe decirlo. Que cuando os marchéis a un viaje largo, o cambies de ciudad, que no os importe llorar y decir que os echareis de menos. Y sobre todo, decir te quiero. Que no cuesta tanto. Que dos amigos de la infancia que siguen juntos en la adultez se quieren, y que lo admitan de una vez. Que por decir te quiero no te conviertes en marica. Que la palabra no muerde. Decirse te quiero leñe. Porque queráis o no, os queréis.

Y que todos admitan que valores como la sensibilidad, la sutilidad, el llanto y mil cosas mas no son valores femeninos. Si no valores humanos. Simplemente humanos.

Te quiero Fran. Te invito a una cerveza para celebrarlo.

1 comentario:

  1. Piropos, piropos xDD

    Sip, la verdad es k te odio por no ser posible enfadarse contigo.

    Y que seas dulce es lo mejor de todo, porque para gente poca cosa como yo, si me hacen algo, vas a protegerme.

    Eres como mi primo de ZumoSol =D

    ResponderEliminar

"La sorpresa es un factor importante en los regalos."