miércoles, 28 de abril de 2010

29 de Abril.

-¡Tenemos fresas y naranjas! ¡A la rica naranja! ¡Señora! ¡Naranjas a dos euros kilo!.

Voceo con todas mis fuerzas en el mercado del sábado; me sienta bien trabajar en el puesto de fruta de mi familia. Hace dos años que voy aprobando la universidad, licenciatura de Derecho + ADE, y mis padres se han mostrado siempre dispuesto a pagarme los estudios. Pero a mi me gusta trabajar con las manos y no hay nada mejor como vender fruta un sábado por la mañana. El cielo es azul, hace fresco, y me cobro la mitad del jornal comiéndome todas las cerezas que quiero.

-Oye nene, que las naranjas son más baratas y más buenas al principio, que lo sepas...

Vaya hombre, ya viene la señora con la hija a amargarme el día. Me mira con desprecio y no se corta en decir “¿ves Laura? Tienes que estudiar mucho para no terminar toda tu vida trabajando en... esto”. Que me encantaría decirle que es una gilipollas clasista, que disfruto más aquí que encerrado en clase, y que, además, una cosa no quita la otra. Pero ya en mi primer año de marketing decían que el cliente siempre tiene la razón, así que sonrió y lo dejo pasar. “Qué tengan un buen día” les contexto como despedida.

-¡Tenemos respeto y cortesía! ¡A la rica educación! ¡Señora! ¡Respeto a dos euros kilo!.

Termino por pregonar al rato, convencido de que a la sociedad le vendría bien comprar un poco de esto en vez de mi fruta, por mucha vitamina que ésta tenga. Pero no tardo en encontrarme con quien era un anarquista amigo mío que no tarda en exclamar “pues vaya mierda de aditivos le estáis poniendo a la comida tío. ¿Para qué quiero yo educación? Desde que eres capitalista haces muchas gilipolleces Gabriel”.

Y ya me han terminado de joder la mañana, así que paso de todo y me tomo mis quince minutos con la compañía de un cigarrillo, y preguntándome como encajo yo en una sociedad donde no se da valor ni al trabajo ni al saber. Y en una cosa tiene razón el anarquista, vaya aditivos les están poniendo a los productos que se venden, que el cigarro este me está sabiendo a resignación como nunca.



Nota: Aquí teneís el borrador para un microrelato he de escribir para un concurso, tengo que reducir la historia a quince lineas a doble espacio. Miau.

jueves, 22 de abril de 2010

23 de Abril.

Ocurren atrocidades en este mundo que crean grandes esperanzas. Se me ocurre el llanto de una mujer después de la Segunda Guerra Mundial, señalando con odio a las Naciones Unidas y diciendo “ahora si, hijos de puta, ahora si que lo tenéis que hacer bien”. O un comisario político de cualquier ideología, de la comunista URSS hasta la fascista Italia, dejando caer su fusil, sabiendo su alma condenada por sus actos, mientras alza el brazo y piensa “ahora mostrarme aquel futuro digno, que leí aquella vez en vuestros libros”.

A veces sale bien, a veces sale mal. Pero es un hecho, cada vez que algo horrible pasa en el mundo alguien espera algo de ello.

Y con eso dicho, os cuento que toda la red anda revolucionado con el caso de Clay y Harold, unos ancianos de llevaban 20 años queriéndose en un Estado de EE.UU, California, donde al parecer quererse está mal visto. Da igual cuantas previsiones tomaron para dejarse como albaceas legales, cuando uno de ellos cayó enfermo la administración ignoró cualquier detalle y los separó en dos asilos distintos. Clay no volvió a verle hasta tres meses después, cuando me supongo que le dejarían ir a despedir al amor de su vida al funeral. Pues aquel Estado de la libertad y de la tierra de las oportunidades decidió que no se amaban, no, que solo eran compañeros de un piso de alquiler.

Y ahora soy yo quien tiene esperanza. Y no se describir el desprecio que siento por ese Estado que les condenó, aquél asilo que los separó, y aquella compañía que vendió sus propiedades sin hacer distinción alguna, como si con la vida de alguien se pudiera mercadear de manera tan sencilla (un puto álbum es lo único que ha conseguido llevarse Clay después de 20 años de relación).

El juicio será el 16 de julio y yo... tengo esperanzas.

viernes, 16 de abril de 2010

Despues de dos semanas de descansando y otra más de sufrimiento porque mi portatil decidió unirateralmente tener un cortocircuito y empezar a echar humo, que por cierto estoy encantando con mi nuevo y flamante samsung de color blanco, en breves volveré con los artículos cuasi diarios. Puede incluso que al final me acepten para participar en otro blog.

Ya os cuento.