lunes, 28 de abril de 2008

A lo lírico del aire...

Siete de la tarde, más o menos. Hace calor. De vez en cuando se agradece una brisa que te recorre por la espalda. Estas sentado al borde del lento río. Lo que queda de él. Respiras hondo y empiezas a tocar. El fluir de la música corre por tus labios. Notas el quejido de tu amante que se estremece y arroja acordes de puro placer. La brisa ahora es todavía más placentera. Y quien sabe hacía donde llevara el viento tus notas.

Se siente bien. Se siente tranquilo. Respiras y aspiras al son de una buena música. Lo agradable del asunto es que es tu propia música. Sigues el compás que tu mismo te marcas. Hoy tocas una cosa, ayer otra. Quizás mañana sea un lamento. Quien sabe.

Frunces el ceño cuando das con una combinación que notas que no es la adecuada. No debiste aspirar esa celda. Pero, con todo el tiempo del mundo, vuelves a repetir la melodía buscando el punto perfecto, el pequeño detalle que no llega pero te hace avanzar. A la gente le molesta que te repitas, pero, aquí sólo estas tu, y, a ti no te desagrada. Es tu instrumento, eres tu. Tocarías lo mismo una y otra vez sin cansarte. Pero nunca tocas lo mismo, siempre encuentras un hueco para improvisar. Siempre es distinto. Aunque nadie se de cuenta, tu sabes que siempre es distinto.

Hoy es aquí. Pero podía ser en un garaje. En tu habitación mientras, deberías, estudiar. En un balcón mientras el sol te da en la cara. O durante la noche de un sábado, gozando de un Ménage á Trois con la guitarra de un amigo. En el fondo da igual. Con tocar te basta.

Con tu pequeño homenaje a lo lírico del aire. Te basta.



Esto es un pequeño homenaje a todos los artistas que sienten la música cerca. No es que yo lo sienta como lo describo, pero no estaría de más hacerlo. Instrumentos de cuerda. Seréis los siguientes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

"La sorpresa es un factor importante en los regalos."