viernes, 29 de agosto de 2008

Cuchillos para matar.

Hablemos de navajas. Cuchillas que se esconden en la noche tras borracheras de vinazo, como diría Azorín, espeso. Pequeñas armas que utilizamos para herirnos por, seguro, motivos por los que no merece la pena herirse. Instrumentos adheridos con fuerza, con mucha fuerza, a nuestro subconsciente popular; peligrosas, bellas, rápidas y letales. Sobre todo letales.

Con una navaja todo va enserio. Un simple empujón y un grito ebrio de mas se transforma en un baile donde los danzantes se volverán locos. El instinto es el instinto. Y en una pelea, y ante una navaja, demasiadas cosas se vuelven mortales como para plegarse ante voliciones y raciocinios.

Letales centímetros de metal a corta distancia, imposible de desviar, de evitar, de repeler. Capaces de buscar, hasta en las manos mas inexpertas y nerviosas, la efímera vida del belicoso contrario. Tres milímetros de acero cortante nos bastan para perforar una arteria y llevar a la muerte, en apenas medio minuto, a una persona.

Un cartel se exponía en los centros de fiesta ingleses acerca de las navajas. “No la llevas para protegerte”. No había eslogan mas cierto.

Una navaja no ofrece a su portador ningún atisbo de protección. La citada arma, como casi todas, tiene un carácter únicamente ofensivo. Su misión, que para eso la fabricaron, es buscar el daño en otra persona, y de ninguna manera, puede evitar el daño que te puedan ocasionar. Y todo lo contrario, las personas que se deciden a llevar navaja terminan seriamente más dañadas que las que renuncian a ese método de “protección”.

En una agresión hay dos roles, activo y pasivo. La persona activa es la que busca directamente la confrontación y la pasiva, obviamente, la que la evita. Vamos a ponernos en el lugar de la persona pasiva. Una persona que no busca herir a nadie, que esta siendo molestada o amenazada. ¿Qué le puede aportar llevar una navaja?

Poniéndonos en lo mejor, asustaría a su agresor y evitaría la confrontación. En el peor, acaba de romper la primera, y mas fundamental, regla de la defensa personal (que es mostrarse siempre inofensivo y conciliador) Al sacar el arma, la mentalidad del agresor cambiara, pues su victima ahora se descubre peligrosa, y el instinto empieza a funcionar. Si surge una pelea ira a por todas, ya no se dedicara a dar un empujones, a gritar o a soltar puñetazos (que comparado con la navaja es un mal menor) Si ese agresor ve la navaja solo se preocupara por hacer daño, pues sabe que si no se lo harán a él. Morderá, arañara, golpeara y acuchillara para evitar, instintivamente vuelvo a repetir, que le dañen a el.

¿Qué ha conseguido la victima de la agresor? Transformar una situación potencialmente humillante (a ver quien acojona a quien…) en una situación letal. Y esa es una de las principales razones por las que quien no lleva navaja se arriesga a recibir más humillaciones que cuchilladas en el cuerpo.

4 comentarios:

  1. Me he dado cuenta de una cosa. Hay dos formas de comentar una entrada, y la diferencia reside en el ánimo que te profese el autor. En el caso de que tu único ánimo sea empaparte de las palabras y el mensaje de tu amigo blogeante, seguramente redactaras, si acaso comentas, una "critica" de la entrada limpia de temas personales excepto tu opinion personal acerca del tema tratado, y como lo has tratado. En tal caso, puedo decirte que estoy de acuerdo con tu perspectiva de que llevar una navaja no te está protegiendo contra un posible adversario,sino que facilmente te esta empujando a enfrentarte ante un malententdido y verte envuelto en uan historia que puede verse bastante fea. Pero, como estoy cabreada, tambien te diré que has dedicado unas tres cuartas partes del articulo a hacer galanterias estilisticas y que, quiza, el tema no lo mereciese hasta ese punto. Bueno. Luego esta la otra actitud hacia el autor, y esa es la que te tomas a modo personal. Es cuando comentas pero no estas atento al texto, unicamente quieres dejar tu nombre en esa pagina y que el o ella lo lea, que vea que has pasado por ahi y su presencia recorra tu mente. Un comentario, por lo general, absurdo, esto es vacio de contenido y coherencia, que te hace incluso dudar de si ha leido el madito articulo. Bien, la minicritica de antes es para hacerte ver que si que lo he leido. Pero realmente si me he molestado en escribir es porque estoy tan jodidamente cabreada ahora mismo que de alguna forma tengo que decirtelo. Pero, muchacho, si me has "mandado callar" (aunque tengas tu razon, y no ha sido tan bestia) yo me voy a callar. Exponte a que no te vuelva a preguntar cómo te encuentras. Quiza yo sea exhaustiva, quiza me preocupe por que tienes la mirada perdida. Y seguramente seguire preguntando. Hoy no. Y hasta que me canse. No me apetece nada mendigarte el escucharte cuando dejo de escuchar a mucha gente por dedicarme a ti. Y no es una critica pero, bueno, ya que lo dices, quiza si sea un poco blanda, y eso tiene que cambiar. Voy a ver como vas con el ingles. Un beso.
    Es un buen articulo.

    ResponderEliminar
  2. Esas navajas penetrantes... Como duelen al clavarse. Te diré que hay gente que también busca que se las claven y otras tristes personas que las clavan sin sentido alguno. Bujum, no se necesita un comentario jocoso y ausente de coherencia para dejar tu nombre, basta con que sea algo hiriente, y parece que yo te nombro.

    ¿Recuerdas cuanto dolor sentís al follarse a un cuchillo? Yo te diré que hay algo peor, follarse el pico de una gallina de cultivo de altura. No tintes nunca a las gallinas del color de su pelo, follatelas con su color natural; al menos visualmente te dolera menos.

    ResponderEliminar
  3. Señor Aresti. Es usted toda una ponencia en los comentarios del "Le Esprit d´Escalier"

    ResponderEliminar
  4. yo que buscaba un anuncio sobre cuchillos que evite esa tediosa tendencia de las arterias de autosellarse

    ResponderEliminar

"La sorpresa es un factor importante en los regalos."