miércoles, 20 de agosto de 2008

Algo pasa en Italia

Martes cinco de Agosto, en portada aparece una noticia sobre Italia.

El ejército patrulla las calles.
“Cientos de soldados patrullan las calles de las principales ciudades de Italia y vigilan objetivos sensibles, dentro de los esfuerzos del Gobierno conservador de Berlusconi de reforzar la seguridad en el país.”

Una foto muestra a un alto, pero no simpático, militar. Y aunque escuché que sólo tendría que llevar un arma corta, su fusil semi-automático al más estilo M-40 delata que esa información no era del todo veraz. Por lo demás, el hombre conserva todos los rasgos propios del estereotipo, botas militares, boina, uniforme de camuflaje verde (¿En plena ciudad gris?) y chaleco antibalas.

Después, observo a los civiles que a su vez observan al militar. Intento imaginar que estarán pensando; que estará pensando toda la nación para permitir que 3.000 soldados ocupen las calles. Muchos se alegraran por su seguridad, muchos más pensaran que ahora esos asquerosos gitanos ya no podrán acercarse a sus carteras. La juventud, digo yo, estará preocupada (quizás molesta) por la posibilidad de que no puedan hacer botellón, o fumar drogas, o sencillamente restregarse en las calles como hacían antes. Se acostumbraran pronto a su presencia, justo en el mismo momento en el que se den cuenta de que esos militares tienen otra misión. Y bueno, supongo que también habrá alguna persona, de esas que ha leído a Niezcthe, que igual la cosa le huele a chamusquina. O quizás no, yo que se. La noticia sigue.

“Además de patrullar calles y controlar sedes diplomáticas, y estaciones de tren o metro, los militares protegerán centros de acogida temporal de inmigrantes”

Tendré que llamar al periódico donde he leído la noticia. No me queda claro si cuando dicen centros de “acogida temporal” de inmigrantes, se refieren a esos edificios grises y hoscos, en los cuales se vive en peores condiciones que una cárcel, donde los ilegales pueden estar retenidos dieciocho meses sin posibilidad de establecer relación con el exterior. Donde básicamente se dedican a hacinarse y a esperar que les echen del país. Previa recogida de datos, que ahora la inmigración ilegal es delito.

Que, oye, igual son otros centros y yo estoy equivocado.

O igual es que Italia esta perdiendo el norte. Con sucesos de quema de chabolas, eligiendo a un presidente corrupto (y esto no es difamación ¡coño! Que lo admitió él) que crea leyes para que no puedan procesarle por sus delitos, que llena sus calles de militares, que considera que los gitanos sobran y… en fin, no estaría de mas que me callase, porque España también ha estado abriendo lugares de “acogida temporal” y a saber como acabaremos nosotros también

Y como hay crisis, pues los de fuera de Italia no decimos nada. Que bueno, los de mi generación siempre hemos sido de hablar y no hacer nada. Pero es que ya ni siquiera se habla de ello. ¿Dónde estas, juventud? ¿Qué fue de tus gargantas? ¿De tus gritos? ¿Qué fue del café burgués de la crítica social?

Jesús, ni eso nos queda ya.

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