lunes, 19 de mayo de 2008

Mundo rural.

Estoy de exámenes finales y aunque tendría que estar estudiando, obviamente, no lo estoy haciendo. No sería yo si no cometiese la imprudencia de quitarme tiempo para escribir, y no ser yo sería un lujo que no estoy dispuesto a pagar.

No perderé la oportunidad de haceros notar lo que estudio. Paradojas del destino que en los pocos años que lleva este libro, de geografía, en circulación ya nos muestre una realidad tan diferente a la que vivimos. ¡Ganaderos de Europa! ¡Agricultores del mundo! ¡Dejar de producir! ¡Sobran vuestros excedentes! Parece gritar el libro, testigo de lo que gritaron los antaños políticos.

Y los hombres rurales imploraron piedad. Pobres aceituneros de Jaén, condenados a limitar una producción que era rica y prospera. Y pobres los ganaderos que destinaban a sus reses a la producción de leche, viendo como se tenía que exportar a España leche de Francia porque ellos tenían prohibido producirla.

¡No podremos modernizar nuestra forma de vida con esas cuotas! ¡Nos asfixiarán! ¡No sobreviviremos a la mecanización agraria del país extranjero! Ni caso. Había que regular el mercado, producir mas de la cuenta suponía cobrar menos de la cuenta. ¡Y además! Los políticos garantizaron y fijaron un precio por los productos, superior al del mercado global. ¡Y además! No es objeto del agricultor cuestionar.

Gran desgracia acontecida. Resulta que ahora falta producción. Los mercados de alimentos se están secando. Los países subdesarrollados se desarrollaron, toda una descortesía por su parte, y ahora son ellos los que exportan sin parar. ¿Y qué hacemos ahora?

Fácil, sencillo, quitar las cuotas. Liberalizar el mercado y dejar que el precio del producto se fije según la demanda y la oferta, que el gobierno europeo no intervenga. Y que nuestros pequeños hombres del campo vuelvan a producir como locos.

Pero un momento señor político. Veras, yo soy ese paleto rural que me vi obligado a sacrificar reses y a dejar mis campos en barbecho. He perdido mucho dinero ajustándome a tus cuotas y no he ganado tanto, más bien poco. Bueno, si le soy sincero solo lo hice, por, bueno, es que usted me obligaba ¿sabes?. Y ahora pretende que cobre tres veces menos por mis productos. Es que… no se…. ¿De donde saco el dinero para volver a comprar todas las vacas que me obligo a sacrificar?

Y bueno, la gente dice cosas, se habla que ese señor, si, ese señor. El que se hace llamar terrateniente, si tiene dinero para invertir este año. Y como los demás tenemos, no es por pasarme de tono, pero joder, tenemos que alimentar a nuestras familias. Pues eso, que el se quedara con nuestras tierras y nos dará lo justo para vivir. ¿No va a hacer nada? Si yo siempre he estado a merced de usted, bueno, si, es cierto, usted me obligaba.

¡Marcial! Dígame, haga usted el favor, quien es este vil gañan y por qué esta respirando el mismo aire que yo. Que tenemos prisa coño, tenemos que ir al congreso para decidir sobre la gente de campo. ¡Faltaría más! Que somos gente de ciudad por favor.

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