sábado, 21 de febrero de 2009

Necrofília mediática.

En el año 2007 se constituyeron 367 delitos de homicidio con sus variantes, que seguro que podremos extrapolar a nuestro año debido a nuestro gran sistema penal. Eso quiere decir que lo más seguro es que este año mueran 367 personas a manos de otra: una persona tomará una copa de más y envestirá a una moto, otro morirá en una pelea en un bar (embravecido por el alcohol y alcanzado por un arma blanca) asistiremos a más de un ajuste de cuentas entre bandas y mafias y lo más seguro es que alguien decida que otro alguien es menos que él y le reviente la cabeza con un martillo pilón. Sin olvidar los múltiples delitos de violencia de genero; que a la sociedad nos suelen doler más.

Y de todos esos delitos que han ocurrido, todos los que van a ocurrir y los que previsiblemente ocurrirán, los medios de comunicación han seleccionado uno para prostituirlo ante una España hambrienta de morbo: el asesinato de Marta a manos de su presunto (y algo más que presunto...) asesino.

La única diferencia real entre su muerte y la de los demás es que su historia empezó como una desaparición y la televisión quiso hacer lo que hace con todas las desapariciones recientemente: explotarla. Así que se nos metió un poco de miedo con la posibilidad de que un día nuestros hijos desaparezcan por mano y causa de mafias, pederastas y hasta sectas satánicas si hace falta.

La historia enlazó cuando se descubrió que una persona podía haberla matado (si si, se que es casi seguro que ha sido él. Pero hasta que no se pruebe en un juicio hay que poner palabras como “presunto” y “podía” constantemente) El chico confesó que la golpeó con un cenicero, la mató y la arrojó, acojonadísimo vivo, con unos amigos al río. Desde su confesión los medios no han parado con la noticia: llevándose hasta denuncias del protector del menor y mi profundo asco por cada foto denigrante (tanto de asesinada como asesino) que han sacado.

Y mirad: no me da pena Marta. No me da pena Marta porque no la conocí; si lo hubiese hecho estaría muerto de rabia y frustración, agradeciendo toda la presión mediática y pregonando una venganza mucho mayor a la establecida en el Código Penal. Pero como estoy fuera, todavía puedo apreciar que este caso solo es un caso más, que no tiene nada de especial y que no beneficia para nada a nuestras estructuras sociales. Esto es el morbo por el morbo, odiar por odiar.

Y bien deberíamos recordar que la sociedad iría muchísimo mejor si los políticos saliesen en televisión para explicar los 367 delitos de homicidio y variantes realizados el pasado año y porque no bajan, en vez de dedicarse a prometer castigo contra un caso concreto porque alguien ha decidido que esta semana toca odiar (¡y ganar mucho dinero con ello!) al asesino de Marta.

3 comentarios:

  1. Se van a vender muchos ceniceros esta temporada...

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  2. Esto es como todo. Y no es descabellado el que nos importe un carayo que a la sevillana de deicisiete años la hayan tirado al Guadalquivir. Pero no te importará hasta que te pase, y te veas en la situación de tener que enterrar a ua amiga a la que un loco la ha pillado por la calle o cualquier historia, y te digo que en mi familia se dio el caso. A mi lo que me preocupa más es que esa horrenda disección que hacen en los programas de la tarde acabe convirtiendo a Marta en una Irene Villa de la que la gente se rulará haciendo chistes. En una palabra que se desvirtúe el hecho, porque llegará un momento en que estaremos hasta los cojones de oir hablar del jodido tuenti incitador de asesinos y de ceniceros con esquinas afiladas, y el hecho de que una niña de deicisiete años haya sido asesinada será algo totalmente secundario, pero si lo piensas bien es una cosa horrible.
    Has tocado, como siempre, un tema delicado, y que no tiene solución. Que este tío se pudra en la cárcel, treinta años o diez, depende de la justicia, tampoco es que vaya a solucionar mucho, si acaso sale pongamos con cuarenta tacos, pues seguirá siendo un psicópata de cuidado.
    Enhorabuena por el programa- 192$? Por casi un año de trabajo??

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  3. Comprendo y estoy de acuerdo en gran parte de lo que dices. Por lo demás, ni es nada nuevo lo que ha sucedido ni, desgraciadamente, será el último.
    Sólo apuntar cómo me ha afectado este caso en especial.
    Recibí un mail de un antiguo compañero que circulaba en Internet al poco de la desaparición de Marta. Nadie estaba enterado de la desaparición de esta chiquilla. Al poco empecé a ver su rostro en alguno sitios por donde navego habitualmente, llevados por personas que considero "serias". Sin seguir el tema minuto a minuto, me interesé por la suerte de esta desaparecida y deseaba que esta vez todo acabara en una pequeña trastada, una aventura propia de la edad. Al poco aparecieron los padres en una televisión. Comprendí, soy padre, que hubiera hecho lo mismo: remover Roma con Santiago y proclamar a los cuatro vientos que me faltaba mi hija y que quien fuera, me ayudara a encontrarla.
    En el mismo programa, sin embargo, ya empecé a ver cosas que no me parecieron del todo bien. Después todo se desbandó. Los medios que nos tienen acostumbrados a la telebasura acudieron y, imagino, sus audiencias, lo único que importa, subieron como la espuma. Se ha instrumentalizado, como siempre, el legítimo dolor, la legítima desesperación de la familia sólo para que determinadas cadenas, medios, periodistas, aumenten su cuenta de beneficios.
    Ha ocurrido antes, ahora y, si alguien no lo remedia, seguirá ocurriendo. Nauseabundo.

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"La sorpresa es un factor importante en los regalos."