martes, 23 de diciembre de 2008

La vida: un suspiro.

Convertido en el gato de su relación, Ank, Mireia y yo vemos una película en el hotel donde han decidido hospedarse para pasar el fin de semana. Yo abrazo a Ank y ella abraza a su novia, todos nos queremos y nos mimamos un poco. La película, interesante, esta haciendo que todavía no salgamos de fiesta. Pero tampoco pasa nada, se esta a gusto así.

No obstante, en un momento, la película pierde parte de su sentido y mi mirada pasa a centrarse en la mejilla de Ank: una chica bajita, muy guapa, con una gran capacidad para el sarcasmo hiriente (muy hiriente); que hace teatro y, en general, convierte tu vida en algo un poco mas divertido. Ella perdió hace tiempo a alguien que hacia mucho más que dar alegría a su vida; y casi la perdemos nosotros a ella por eso.

Mis dedos pasan sus yemas por su cara, sorprendidos de notar a ese cuerpo calido y suave. Es abrumadora la cantidad de veces que rozamos a un ser querido y no nos sorprendemos por ello. Hace que me sienta mal por no apreciar todas las veces que he acariciado sin darle importancia al hecho de que esa piel este ahí para que la pueda tocar y sentir. Porque esta chica, esta chica que ha viajado 600 km para verme, podía perfectamente no haber estado aquí para que la toque. En vez de estar conmigo en el hotel; podía estar muerta, igual que todos vosotros, por cualquier motivo trivial y estupido (ya que la hija de puta de la señora muerte ni siquiera pide una razón de peso para dejarte morir)

Mis manos terminan por pellizcar suavemente su nariz mientras ya mis ojos vuelven a la película, Ank me responde con una sonrisa y con una mueca de esas que dicen “quita, quita, que estoy viendo la película” Seguramente no será consciente de la magna reflexión sobre la vida y la muerte que me ha provocado acariciarla. Que realmente lleva provocándome desde que la conocí.

¿Por qué somos incapaces de apreciar lo efímero de la vida? Ank no es la persona más importante de mi vida, pero es ella la que me inspira fuerza y la que me hace sorprenderme sólo por escucharla. Y se que es porque he estado apunto de perderla varias veces. ¿Tenemos que esperar a qué alguien este apunto de irse para tenerle en verdadera importancia?

Aun cuando ya ando perdiéndome bastante rato de la película (bla… es El Señor de los Anillos, no es que no me sepa el argumento) Repaso los rostros de toda la gente que me importa y me doy cuenta de que tampoco me cuesta mucho sorprenderme y dar las gracias porque sigan a mi lado, por poder tocarles también a ellos. Eso me gusta. Me gusta poder apreciar lo magnifico de mi existencia, porque creo que hay gente que no puede.

Y como no vaya a ser que al final el colisionador de hadrones colapse el universo sin que no le haya dado otro achuchón a Ank. Dejo de pensar y me acurruco entre su pelo. Lo dicho, soy el gato de su relación.

5 comentarios:

  1. "En vez de estar conmigo en el hotel; podía estar muerta, igual que todos vosotros"

    Si aislamos esa parte de la conversacion, como mi mente maligna ha hecho, mola mucho. Mi amigo adrian también es un psicopata. Ademas, parece el relato de un sicario que se hospeda en la habitacion contigua a su victima.

    Mi comentario friki podria serlo mas si yo dijera una palabra que bueno la verdad es que... ¡¡¡¡¡¡¡JUMANJI!!!!!!!

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  2. Pero... Pero... Oh, he de utilizar el emoticono.

    xD!!!!

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  3. JAJAJAJAJAJA Aresti tiene razón xDDDDDDDDDDD

    Jo. La verdad es que he pensado bastante en esto. Siempre tengo la sensación de que la gente a mi alrededor va a morir pronto, o quizá yo. Hipocondría, aprensividad, esas cosas. La cuestión es que creo que si se muriese mi novia o alguno de mis amigos o mi madre, me moriría mucho.

    La historia de Ank es espeluznante (e inspiradora) pero al menos ha conseguido tirar para adelante.

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  4. Y ¿qué mejor manera de apoyar este post diciendo que hemos pasado todo el tiempo de las vacaciones haciendo el vago en tu casa?

    Naaaa
    Somo jóvenes y alocados. Todos. ¿Para qué salir a ver mundo pudiendo estar tirados en el sofá envueltos en mantas?

    Ya sabes, a veces no hay una manera mejor de disfrutar de la compañía de todos.

    Un enorme y cariño beso. Y un abrazo comunal.

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  5. Vaya, qué lado más tierno tienes. Tenías razón con lo que dijiste aquel día en la tasca que daban dos cervezas y un cacho bocadillo por 6 euros. XD

    Aunque no haya comentado las anteriores, sí las he leído. :P

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"La sorpresa es un factor importante en los regalos."