viernes, 24 de abril de 2009

Factor Y

Toda convicción falla; hay que acostumbrarse a que las construcciones morales que nos hacemos en la cabeza choquen contra la realidad y no sea precisamente la realidad la que se rompa de vez en cuando. ¿A qué viene esto? Pues es que en este momento me cuesta un poco argumentar en pro de una eliminación de los estereotipos sexistas. No encuentro las ganas para volver a repetir lo mismo: la personalidad es contra todo pronostico más fuerte que el condicionamiento biológico . Será que no me quito de la cabeza una de las cuestiones de la diferencia de sexos más asociadas a las hombres: ¿Por qué estamos tan ineludiblemente asociados a la violencia?

Hoy he presenciado una escena de violencia de genero. Acontecimiento rancio donde las haya que contenía todos los elementos que se supone que se deben de dar en ella. Una mujer, joven, le gritaba a un hombre porque al parecer le había puesto los cuernos. La escena seguía así durante un rato hasta que el novio se cansaba y empezaba a hacer aspavientos. Al insistir la chica, él le gritaba, ella se daba la vuelta para irse pero era perseguida por chaval que la alcanzaba y le metía un tortazo, poniendola en su lugar y marchandose con aire victimista.

No tendrían más edad de la que yo o mi pareja tenemos.

En un programa indio una chica le da una torta a un concursante, él se la devuelve con más fuerza y ante tal acontecimiento los hombres del plató se arremolinaban ante el chico y cuando ya son unos cuantos se lían a golpes con él. Cuesta creer que ante una reacción así siga habiendo violencia sexista... quizás sea porque seguramente esos hombres sólo empezaron a rodearle porque otros lo hacían y les animó el hecho de poder dominar a alguien sin defensa posible y con una excusa social de por medio.

Me cansa ver que eso pasa en mi sociedad. Me cansa muchísimo. Tanto que voy a despreciar todas las consideraciones sociobiológicas que les rodean y les hacen actuar así para definirlos, llanamente, como una pandilla de auténtico subnormales. Unos por arremeter contra el más débil, otros, por dañar a la persona que “aman”, a la única persona que jamas deberían lastimar.

Y como he adelantado al principio, hoy no estoy con ánimos para argumentar en post del cambio social. Los hombres parece que estemos predispuestos a “ser mejores, más fuertes y más temidos” de entro los nuestros y no hay nada que se pueda hacer para remediarlo. Estamos condenados a cargar con el estigma genético y poco se puede hacer. Quizás una educación responsable y de calidad social... pero el chiste sobre la posibilidad de que eso exista ya lo hice hace mucho y no quiero mostrarme repetitivo.

Aunque yo nunca he pensando en pegar a una mujer. Eso debería decir algo.

2 comentarios:

  1. Pues yo me siento maltratada psicológicamente por ti cada vez que nos vemos, que lo sepas.

    Ahora en serio, una pregunta: ¿nunca has pensado en pegar a una mujer porque es mujer (con todas las connotaciones que esa distinción conyeva) o porque ninguna mujer te ha hecho enfadar lo suficiente (cosa que personalmente dudo)? Si es lo primero, tu también estás cayendo en ese sexismo, cielo.

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  2. Nunca he pensando en pegar a una mujer porque sea una mujer.

    Y me he pegado con mujeres, muchas veces. Ella me sacaba dos años y medía medio palmo menos que yo... siempre me daba autenticas palizas.

    Malditas clases de kick boxing.

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"La sorpresa es un factor importante en los regalos."