miércoles, 12 de noviembre de 2008

¿Qué paso con eso que llamamos motivación?

Después de dos horas de entrenamiento, Kick Boxing seguido de Brazilian Jiu Jitsu, me encuentro en la ducha. Las clases han sigo magnificas, he trabajado bien, en la primera físico y en la segunda técnica. Mi gimnasio es barato y me brinda la excusa para dar un paseo en moto, cosa que me encanta. Me pregunto porque me he pasado un mes sin venir.

Mientras el agua cae recuerdo una frase de un célebre luchador “si piensas demasiado una cosa, no la harás nunca”. Y pienso que esa es la maldición de mi generación: pensamos en hacer tantas cosas, que si apuntarse al gimnasio, que si aprender ingles, que si estudiar desde ya, que si leer más, que si… que al final no hacemos absolutamente nada. Nos dedicamos a imaginarnos a nosotros mismos terminando mil y un proyectos; que tristemente quedan rebajados al cajón de sastre del “mañana mismo…”

Supongo que ese deseo improductivo que nos acecha es reflejo de la sociedad consumista en la que vivimos. Esta nos ofrece tanto que hacer que ya no solo no valoramos lo que hacemos, si no que además nos vemos obligados a desistir sucesivamente de un proyecto detrás de otro para no perder el tiempo en antiguas formas de ocio: un año toca alpinismo, al otro tiro con arco, futbol al siguiente, el inicio de un idioma después…

Todos poco a poco, vamos apilando cadáveres. Los podridos cuerpos de las actividades, frescas y sanas, que iniciamos pero que después abandonamos a la intemperie, pasto de los buitres carroñeros del olvido, que no perdonan ni una. Y después nos sorprende ver, cuando volvemos la vista del camino emprendido, toda esa galería de huesos de los que ya no queda nada. De los que ya no podemos rescatar nada. Tiempo perdido.

Ya me termino de secar con la toalla, bastante áspera, pues todavía en el tiempo que llevo sólo termino de entender el concepto de suavizante. Concluyo que la única manera de evitar esa tragedia es haciendo caso al célebre luchador, que para eso fue célebre, y evitar pensar las cosas en exceso. Tomar la determinación de hacer algo, y hacerlo. Olvidarse de todas las promesas futuras (que a todos nos encantaría hablar tres idiomas y ser la ostia tirando con la carabina… pero oyes) y centrarse en lo que te aporta algo, o en lo que te hace feliz, o quizás incluso en lo que logra las dos cosas a la vez. Aprovechar el tiempo.

Miro hacia atrás, y veo en el camino más cercano (el lejano mejor no mirarlo) los pobres cadáveres de intenciones tan nobles como la magia, la música y la lengua catalana. Me planteo que quizás pueda revivirlos, pues su cuerpo sigue siendo rosado y no se ha dejado llenar de gusanos a un. Pero se que probare antes con el tiro con arco, porque no puedo evitar ser parte de lo que critico.

Me queda el consuelo de que mis deportes de contacto, mis artes marciales, no me han abandonado todavía. Algo de tiempo aprovechado al menos. Es mucho más de lo que tienen algunos.


Inciso: Artículo dedicado íntegramente a Dony. Por hacerlo posible.

6 comentarios:

  1. Yo he estado en tu casa viendo balletudo. Me has deleitado con tus trucos de magia y te he cazado unos cuantos. Aprendimos juntos cosas ñoñs en catalán a la vez que hablábamos espaninglish.
    También te recuerdo tocando la armónica en un portal a las afueras de un pub (ahora mismo no recuerdo el nombre de tu armónica, pero me gustaba escucharla)

    Supongo que nuestra vida está construida a base de sueños, ilusiones y amagos de conseguirlos.
    Yo entre tanto seguiré ideando historias que nunca llegaré a plasmar en papel. Y seguiré imaginando bailes imposibles. Y seguiré escribiendo poesía barata de bajo coste y pura inspiración. Y seguiré aprendiendo inglés para no volver nunca a Londres. Y...

    ResponderEliminar
  2. He de reconocer que construir una vida a base de sueños y amagos suena mucho mejor que hacerlo de cadaveres.

    Una perspectiva mas positiva que en pocos parrafos ya parece mas cierta que la de este artículo. Buen comentario.

    Yo por si acaso seguire tocandote la armónica, "rallandote" con el m.m.a y soltandote alguna palabra en catalan. Por cierto, tengo trucos nuevos.

    ResponderEliminar
  3. Chapeau. El cáncer del primer mundo. Nosotros, el aborto.
    Todas mis cosas en una maleta.

    ResponderEliminar
  4. Dios…me ha gustado este post…pero…me ha venido así como un ZAS!! …yo tengo miles de cadáveres amontonados…y en a mayoría de las veces como bien dices es por tiempo, o por que no me pillan bien los horarios o los sitios (menos ahora con las putas clases por las tardes) otra de las cosas…el dinero >.< snif snif snif …si es que si me pongo a pensar todo lo que quería hacer me da sentir T.T

    En fin…espero poder cumplirlas todavía si no todas muchas de ellas ^^ …intentaré no pensármelo mucho jajajaja
    (Alguna que otra por cierto podrían colaborar terceras personas para que se hicieran posibles ¬¬ …ejem magia ejem)

    Saludos, M.

    ResponderEliminar
  5. Me ha gustado el post, me han gustado esas imágenes de tantas cadáveres que llevamos todos detrás, de tanta ansiedad y energía malgastada en un proyecto tras otro. Me ha gustado también el ritmo y el tono con que lo has contado, partiendo de la cotidianedidad a los pensamientos que surgen a veces bajo la ducha, justo antes (o mientras) de agarrar una toalla ligeramente áspera para secarnos.
    Me ha gustado el ambiente que se respira en este blog...si me lo permites, seguiré visitándolo
    saludos

    ResponderEliminar

"La sorpresa es un factor importante en los regalos."